EN LA MONTAÑA VACÍA


Paisaje rocoso, 1786. Johann Christian Reinhart.

I.

Túneles, árboles talados. Una cantera a las afueras a menudo implica que la ciudad se ha levantado utilizando su piedra. Los pueblos cambian, crecen y después se abandonan. Le dimos nombre a cada valle, a cada cueva y a cada estribación. La montaña se ha ramificado, sutilmente se ha ido incorporando al lenguaje. En ella existen grutas, pese a todo, que no han sido recorridas. Vacíos utilizados como refugio y madriguera, acaso como lienzo donde encontramos, todavía, la permanencia de los signos. Apartamos una roca y el campo respira. La hierba se mueve con el soplo de una corriente que viene de la tierra. ¿Está aquí el corazón de la montaña? 

Cañón de Kanab Wash (fragmento),1872. William Bell

II.

En la cuarta edición de El Temporal proponemos un punto de partida que puede ser interpretado desde múltiples ámbitos: “En la montaña vacía.” La experiencia poética, como siempre, ocupa un lugar central para nosotros: la montaña puede ser un modo de referirnos a la creación. Pérdida, aventura, intemperie y silencio. Un continuo requerimiento de la atención, de una forma de deseo que se expresa en cada paso y cada curva del camino. Está presente entonces la resistencia del terreno, una relación difícil con la geografía que atravesamos. También una alternancia entre los estados interiores y la percepción directa a la que el caminante se encuentra sujeto. En la cumbre, finalmente, una desaparición - o un vacío.

Paisaje basado en un poema de Wang Wei, 1323. Tang Di

III.

Nuestro punto de partida tiene, además, un origen literario que señalamos ahora a modo de homenaje discreto: “Bajo la montaña”, un libro del poeta francés Jacques Ancet (Lyon, 1942) comienza con la siguiente cita: En la montaña vacía / el hombre no tiene forma.

Los versos pertenecen al poeta chino Wang Wei (701-761 d.C.), quien vivió y escribió durante la llamada Dinastía Tang: época precisamente conocida por su importancia literaria, en la cual una forma primigenia del zen se desarrollaba bajo la influencia taoísta. La imagen de la montaña, de este modo, viene marcada también por el silencio, por la importancia del retiro  y la influencia de oriente: montaña y utopía, montaña y salvación.

¿De qué está vacía la montaña? ¿Por qué se ha vaciado? ¿Qué permite, por tanto, este campo de posibilidades? Para responder a algunas de estas preguntas hemos propuesto, este año, el espacio de El Temporal. 

El Temporal, octubre de 2024